LOS ATRACONES

Logo de Atarsis representando sanación emocional, con un corazón rodeado por una cicatriz que simboliza la recuperación de trastornos alimenticios.
Share
atracones
COMO SUPERAR LOS ATRACONES DIArios

La Buliamia y los Atracones Diarios

Hablar de esto es un verdadero desafío, pero uno que vale cada palabra. Durante 15 años, luché contra la glotonería, la bulimia, la anorexia y la ortorexia. Hoy quiero abrirme sobre uno de los capítulos más oscuros de mi vida: los atracones. Por mucho tiempo pensé que no habría salida, pero después de cinco años de recuperación profunda, puedo decir que he llegado a un lugar de sanación.

Mi intención es que mi historia resuene en otras mujeres que puedan sentirse atrapadas, para que sepan que salir adelante es posible. Si yo pude, ustedes también pueden. Hoy he encontrado la fuerza para abrirme, para dejar de tapar el sol con un dedo y enfrentar la realidad. Crecí en una familia que prefería evitar los temas incómodos, pero he aprendido a hablar sin tabúes. Decidí ser yo quien rompa el silencio y afronte la verdad sin filtros. Mi impulso por hablar claro es mi forma de romper el ciclo. Porque nadie merece vivir en silencio.

El primer episodio, La trampa del vómito como “solución”

Dado que los problemas alimenticios eran comunes en mi familia, crecí creyendo que eran una solución para controlar el peso. Ya sabía cómo hacerlo, solo observando y aprendi a como tener una relación toxica con la comida. Nadie me dijo: “Hey, come y vomita”, pero un niño y un adolescente imitan lo que ven, pensando que así es como deben comportarse. Recuerdo ese día como si fuera ayer: me comí 11 pupusas pequeñas y luego vomité. La sorpresa fue que no se sintió tan mal como esperaba. Pensé: “Qué buena idea! Puedo comer lo que quiera y luego vomitar para empezar de nuevo.” Así fue como caí en un ciclo que me acompañaría durante años. A mis 11 años, ya había encontrado lo que consideraba un método “infalible” para mantener mi peso. Sin darme cuenta, estaba sembrando las semillas de una obsesión que me esclavizaría en los años siguientes.

Quiero dejar claro que no culpo a nadie; simplemente, cuando te rodeas de ciertos patrones, inevitablemente algo se te pega. La programación que recibimos de niños se convierte en una carga que arrastramos a la vida adulta. Sin embargo, romper estos ciclos y cadenas familiares solo requiere que alguien se levante, diga “basta” y elija la recuperación.

La obsesión y el control perdido

A los 18 años, empecé a tener atracones de forma regular. Era como si me hubiera hecho una agenda; sabía exactamente cuándo iba a comer y vomitar. Entre las 4 y las 5 de la tarde, compraba cualquier cosa que tuviera al alcance: sorbetes de coco, paletas, choripanes, semitas, pan dulce… lo que fuera. Me lo comía todo y luego, a la media hora, vomitaba. Había veces no lograba expulsarlo todo y sentía que algo se había quedado. En esos momentos, mi mente me decía «no has sacado todo”. Entonces, tomaba agua, saltaba como loca con la idea de “mezclar” la comida en mi estómago, y volvía a vomitar. Era un ciclo real, doloroso y agotador.

Recuerdo las veces que me dolía la garganta de tanto vomitar, el ardor que sentía después, y cómo esa culpa me llevaba a comer otra vez antes de dormir porque, obviamente, tenía hambre. Y al día siguiente, la historia se repetía. Creo en la lucha espiritual y digo esto porque muchas veces sentía que algo me empujaba a comer, como si una fuerza externa me ponia entre la espada y la pared, como si alguien me sujetara del cuello y me obligara a seguir con el ciclo. Juro que a veces no quería vomitar, pero esa rutina, esa obsesión, era más fuerte que yo y terminaba haciéndolo aunque no quisiera. Era como un infierno personal del que no podía escapar. Este contenido no todo lo entenderan, y it’s okay. Este blog es para personas que estan pasando lo que yo pase, ellas lo entederan.

Mi relación con la comida se volvió insostenible

Gastaba dinero que no tenía en comida para atracones y vomitaba en todos lados. Recuerdo un día en un café: comí sin parar y terminé vomitando en dos baños distintos del lugar. Mi vida giraba en torno a eso; la comida y el vómito se volvieron parte de mi rutina, mi castigo, y mi escape. Esa obsesión me acompañó hasta los 21 años. Fue entonces cuando empecé a preguntarme qué estaba haciendo. ¿Por qué me torturaba de esa manera?

La lucha para soltar el control

Empecé a investigar qué ocurría en el cuerpo cuando comía y vomitaba, y descubrí que el cuerpo absorbe el azúcar casi de inmediato. Ese dato me hizo ver las cosas de otro modo. Me sorprendió y me enfureció darme cuenta de que, después de todo, los vómitos no me “sacaba todo” como yo creía. Fue en ese momento cuando decidí que necesitaba salir de ese ciclo. Pero me fui al otro extemo, cai en la anorexia (Eso es otra historia).

Un camino de sanación con altibajos

creatividad cuando se convierte en una herramienta para sostener un ciclo oscuro. Quiero hacerte consciente de cómo, en cualquier ocasión, la mente encuentra formas ingeniosas de salirse con la suya. Si estaba sola, vomitaba. Si iba a un restaurante, encontraba la manera. Si me sentía triste, sola, deprimida, feliz o incluso celebrando… cualquier emoción se convertía en la excusa perfecta para repetir el ciclo. Con el tiempo, vomitar se volvió una respuesta automática, una rutina atrapante de la que no sabía cómo salir.

Hoy, después de una recuperación profunda, estoy aquí para compartir contigo todas las herramientas y el conocimiento que he acumulado, fusionando mi experiencia como especialista en los servicios de recreación con mi propio proceso de sanación. Así nació Atarsis, fruto de dos años de trabajo dedicado, donde he volcado todo lo aprendido en cinco años de recuperación para crear un curso de 21 días. La recreación cumple un rol fundamental en este proceso; no es solo entretenimiento, es mucho más que eso. Es una herramienta poderosa de sanación. Cuando encuentras actividades y pasatiempos que realmente disfrutas, descubres nuevas salidas para canalizar la ansiedad, opciones que estarán a tu disposición para toda la vida. Esa es la esencia de la recreación holística: ofrecerte un enfoque completo para redescubrir la libertad y fortalecer tu bienestar. Este programa está pensado para ayudarte a derribar esos muros invisibles que muchas veces nos impiden ver la verdad y avanzar hacia la libertad.

Este blog es solo un fragmento de ese viaje con los atracones, en este espacio donde abro mi corazón para mostrarte el poder de decirle a cambiar tu vida. Hoy comparto mi historia para recordarte que siempre hay una salida, aunque el camino parezca largo y desafiante. Cada paso cuenta, y aquí estamos, juntas, aprendiendo a vivir sin cadenas y redescubriendo la libertad que todas merecemos.

Si estás pasando por algo similar, quiero que sepas que no estás sola. Atarsis está aquí para acompañarte. La recuperación es un proceso que exige apoyo, paciencia y, sobre todo, mucha valentía. Pero vale la pena, porque la libertad y la paz que encuentras al otro lado son el regalo más grande que puedes darte.

Los atracones nunca llenarán ese vacío; la verdadera plenitud comienza cuando sanas tus emociones desde adentro – Atarsis
  • noviembre 18, 2024